miércoles, 15 de febrero de 2012

The Turin Horse - Béla Tarr


  "No hay cosa más deficiente que tocar una obra de arte con palabras críticas: siempre van a surgir interpretaciones equívocas más o menos felices. Las cosas nunca son tan evidentes y claras como generalmente se pretende hacernos creer. La mayoría de los hechos no tienen explicación lógica; se cumplen en espacios en los que jamás entró una palabra; y lo más inexplicable de todo es una obra de arte, existencia misteriosa, cuya vida es eterna y opuesta a la nuestra, que se desvanece".   Carta a un Joven Poeta.  Rainer Maria Rilke 



   Pensar difiere mucho de escribir y para poder escribir, normalmente hay mucho que pensar. Ayer vi El caballo de Turín y terminé La Broma Infinita de David Foster Wallace y comprenderéis que tengo dos impactos demasiado densos como para tomarme un tiempo en su digestión.
  
 Me ha tocado muy dentro, lo cual es mucho y me resulta extremadamente infrecuente. Aún no se cómo, contando lo cotidiano de una situación de auténtica miseria, puede alguien acercarte tanto al sentido de la vida y la dignidad humana, evidenciando la distancia inconmensurable a la que estamos de su esencia y sencillez, a buen seguro, no tan distinta de la de una planta, un insecto o cualquier otro ser vivo y como tal, imbuido en un proceso lento y degenerativo que nos llevará ineludiblemente a cesar de existir. Por eso repito aquí una cita de Lacan que creo explica bien lo que me dice El caballo y lo que quiero decir.



Bueno es saber que el caballo es yegua, está preñada y vive rodeada de campos y bosques cuando su inmediato futuro de no haber protagonizado la película, era convertirse en carne.


  Da la sensación de un proceso de hipnosis obtenido a través de una banda sonora que brota de tu propio inconsciente y un chofer de carroza que bien podría estar transportando tu propio cadáver hasta su tumba.                             
    
Tras el episodio de Nietzsche en Turín, la pregunta que generó el argumento fue: 
Del caballo nada sabemos. ¿Qué pasó con el?... 
¿Cómo es posible que algo tan sórdido, 
te cale tan hondo y 
al mismo tiempo te devuelva tanta paz 
como has ido perdiendo a lo largo de tu vida? 

La conclusión resulta ser una película incalificable.



     Os dejo la primera parte de la presentación de la película  en el Festival de Morelia.




 El resto y si os interesa mucho más (prefiero hacerlo así), sabréis encontrarlo en Tutub.










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