sábado, 3 de marzo de 2012

¿Sabes una nana para Lucifer?

   Estos últimos días vuelven una y otra vez recuerdos de Antes de que todo se desvanezca, la peli que monté con trozos de veinte películas.
  No va a parar hasta que espabiles.
 Estás seguro de que hay una cura 
y de que por fin la has encontrado, 
pero no va a parar,  
no va a parar,  
no va a parar, 
hasta que espabiles, 
así que ríndete. 

   Eso dice el tema Wise up de Aimee Mann cuando termina. Me empeño en no rendirme y quizás sea ese mi error. Siempre he deseado curarme, sanar. Podría creerlo imposible, pero mi necesidad me impide verlo y aceptar la rendición aunque muy probablemente sea un error lujoso
  
   En estos últimos meses he envejecido como nunca antes. Todo me lleva  a pensar que no va a haber tal cura, sino que voy a tener que adecuarme a lo que hay, conformarme (si algo odio es eso, conformarme) y por más inteligente que fuera hacerlo, me parece tan despreciable... 
  Tengo la cabeza llena de sueños sin cumplir y asumir que la inmensa mayoría de ellos van a quedarse como están, me impediría tan siquiera intentarlo. Queda una opción, espabilar, pero Aimee no cuenta cómo.
   Ni les envidio, ni consigo entender a quienes asumen lo que hay,  así que la opción que me queda es rendirme o espabilar...
  Otras muchas veces lo he conseguido. Por banal que me parezca la vida, la sigo viviendo con tal necesidad de encontrarle un sentido  y ciertas posibilidades de cambio que frustrarme una vez tras otra, ha sido hasta ahora habitual. Tendré que aprender a vivirla de otro modo aunque honestamente, no se si podré. 
   Por eso considero impostora a la lucidez, porque se empeñó en hacerme creer que con ella todo sería más fácil, cuando lo cierto es que puede convertirse en el mismo Lucifer. El discurso de Aristarain no deja, como espabilar en Wise upninguna salida. 
  Disfrutar de ser consciente de la propia lucidez, el silencio de la comprensión o del mero estar, me provocan tanta alegría como contemplar al lucero del alba, pero quizás el truco o el imprescindible engaño esté sencilla y odiosamente, en aceptarlo, o como dice Lili, en saber y olvidar que sabes, y si el saber se despierta, cantarle una nana para Lucifer.


Demonios cada noche nos vienen a visitar
                      Mantienen su maldición, eternos seremos ya                      
                      Les tenemos engañados haciéndoles creer
                      Que más malos somos que el mismo lucifer
                      Ya nada nos queda ahora solo contar
                      Vivencias malditas, recuerdos para vomitar
                      Nananana........Recuerdos para vomitar.

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